lunes, 29 de enero de 2018

Sensatez

Me deprimen las olas del mar
las imágenes desenfocadas
los números que no entiendo
y me deprime también que te guste mi ser infantil 
que no puede correr ni cuarenta millas
Me permea que se fracte la realidad imperante con la idealista y que las murallas de este suéter amarillo sinonimen una cárcel o  un espejo que  detona estos sentimientos que persisten y se resisten a la invisibilidad como rocas de fuego encendidas en los zapatos, hablo de la lucidez.
Y es  mi lucidez la que mira  un escenario  roto, que se come cuando camino, un charco negro o los niños que lloran intangibles, impalpables, o las cantinas repletas de gente que no quiere sentirse sola o extranjera, que labran por un pedazo de pan
Esa es una verdad que se cuenta muy poco, pero es un plato de bocados de un realidad cotidiana,  una mancha social, pero aceptada como algo que se tiene que repetir día con día, no lo entiendo, y quiero ahorcarme cuando lo parpadeo

Esta clarided me deprime, hace que no hable, que me duerma
que me tape los oidos y que estampe mi cara contra la almohada
que adopte rincones silenciosos, que viva en una cueva naranja, y que pase tiempo conociendo este cuerpo prestado, que cada vez esta siendo menos hueso y mas carne que se cae

Por suerte existe el trago que permite derretir mis pasos, hacer todo mas rápido, mas amable, menos sincero. Hace que pueda reír y sentirme triste con una botella entera y llenar mi libreta sin derramar anhelo amargo, sonreír natural al que no es amigo.

Pero nunca rió suficiente, este ogro me ataca y observa,  saca la lengua morada,  dice "yo gane", parece ser que soy esclava de esa pesadez que me ata a no hacer nada y solo mirar, mirar y seguir mirando para poder retratar un escenario que a nadie le importa pero a todos les morba y que creen que es necesario que siga pasando.

Ayer me hablo mi mama parece que todavía confía en mis pasos, no le dije que me estoy muriendo por seguir de pie en una lucha clandestina, en una lucha introspectiva, que quiero demostrar principalmente a los humanos  que se puede ser mujer y se puede ser libre, pero no creo que me crea, eso también me deprime.

Tal vez un  día  me empuje la felicidad a salir de este centro sanatorio pero no tendré ninguna gasolina que encienda con tinta mis cuartillas.




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